La Asociación de Familiares y Amigos de la Fosa Común de Oviedo
aplaude la iniciativa del Gobierno regional de suscribir un
convenio con la Universidad de Oviedo para la realización de un
estudio sobre las fosas comunes que existen en la región. También
nosotros entendemos que las Fosas Comunes deben ser estudiadas por
profesionales, delimitadas, identificadas y homenajeadas con
justicia y con dignidad. Y los nombres de los allí enterrados
deben formar parte inexcusable de este proceso de dignificación,
siempre que sea posible averiguarlos.
Eso es, ni mas ni menos, honrar el pasado y preservar nuestra
memoria histórica para conocimiento y estudio por parte de de las
generaciones venideras. Consideramos que, por contra, proceder a
exhumaciones de Fosas Comunes y al realojamiento en otros nichos de
cuerpos de Republicanos asesinados, no es sino terminar con esa
memoria, cerrar un capítulo de nuestra historia que nunca debemos
olvidar y volver a abrir heridas muy amargas.
Es cuando menos macabro, el espectáculo de tener que sacar a la
luz del sol multitud de huesos a golpe de pala,
para ser fríamente identificados en
un laboratorio, y es injusto el remover y extraer restos humanos
cuando se sabe que parte de los mismos no van a ser reclamados por
nadie. ¿Qué hacemos con esos restos exhumados pero no
identificados? La solución parece ser enterrarlos
en el cementerio más cercano que haya por los alrededores, en
tumbas sin nombre. Quizás un número de
registro, y eso es todo.
Esa es la injusticia de la historia, y por
todo ello mostramos nuestra más firme
oposición a las exhumaciones indiscriminadas que algunos pretenden:
¿Es justo remover y extraer, como ya se ha dado el caso, 34
cadáveres para identificar solo a cuatro? ¿Es solidario con el
resto de las víctimas que yacen con ellos, y que murieron a la vez
y por la misma causa?
Desde esta Asociación pedimos por tanto que el Gobierno regional
no destine fondo alguno para financiar actuaciones encaminadas a
promover exhumaciones, o desenterramientos, y recibimos con suma
satisfacción que nuestras autoridades hayan tomado el camino de la
cordura en la dignificación de las víctimas de la barbarie,
para perpetuar nuestra memoria y nuestra historia.
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