Diario La Razón digit@l
www.larazon.es
 17 de Agosto de 2003
 
La exhumación de un fusilado junto a Lorca abre la polémica sobre sus restos

La nieta de Dióscoro Galindo anunciará su deseo, contrario al de la familia del poeta
 
La polémica no ha hecho más que empezar. La nieta de uno de los republicanos fusilado y enterrado junto a Federico García Lorca anunciará mañana, con casi toda probabilidad, su deseo de localizar y exhumar los restos de su abuelo, Dióscoro Galindo. El director del Patronato Federico García Lorca, Juan de Loxa, ha recordado que se deben respetar «los deseos de cada una de las familias de los asesinados». El problema surge cuando ambas intenciones son casi incompatibles. Los Lorca quieren que los restos del poeta sigan donde están.

Redacción - Madrid.-


   Casi un año después de que la familia García Lorca saldara, con su negativa tajante, la propuesta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para identificar y exhumar los huesos del poeta asesinado en la Guerra Civil hace justamente hoy 67 años, la polémica resucita mezclando en un «totum revolotum» los derechos familiares, la justicia histórica, el morbo, el crecimiento urbanístico de Alfacar y la figura del poeta.

   Mañana, casi con toda seguridad, la familia de Dióscoro Galindo González, el maestro de escuela fusilado junto al poeta granadino, anunciará en Pulianas (Granada) ¬donde se le rendirá un homenaje¬ la decisión de exhumar sus restos, presuntamente enterrados, junto a los de Lorca y otros dos represaliados, en una fosa entre Alfacar y el barranco de Víznar cuya ubicación exacta, como es de todos sabido, se desconoce. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, presidida en Granada por Francisco González, correrá con todos los gastos y será la responsable del rescate de los restos.

   Los nietos del banderillero Francisco Galadí Melgar ¬también fusilado junto a Lorca¬ podrían sumarse a la decisión. El cuarto fusilado fue otro banderillero, de nombre Joaquín Arcollar Cabezas.

   El director del Patronato Federico García Lorca, Juan de Loxa, aseguró que la voluntad de las familias de los asesinados junto al poeta granadino «deben tratarse por igual». Juan de Loxa se mostró «partidario de que se respeten los deseos de cada una de las familias de los asesinados», y en este sentido añadió que «son los familiares los que deben tomar las decisiones sobre sus muertos».

   El problema viene de que es difícil de congeniar el deseo de la familia de García Lorca de dejar descansar sus restos en el mismo lugar donde falleció, con la voluntad de los familiares de los otros fusilados de darles sepultura. Supuestamente son sólo cuatro los cuerpos bajo el barranco de Víznar y, se quiera o no, García Lorca sería el centro de atención. El morbo está servido. Y muchos creen que es una «falta de respeto» y una «barbaridad». Máxime cuando ¬aunque la familia de Lorca decline facilitar su ADN¬ hay quien defiende que los restos del poeta podrían identificarse por sus peculiaridades morfológicas o por las presuntas fracturas en el rostro que le causaron sus verdugos antes de fusilarle. Sean cuales sean los huesos que se hallen la foto está esperando: «¿Son los huesos de Lorca?». Hay quien defiende, sin embargo, que nada mejor que encontrar los restos del poeta ¬un acontecimiento, sin duda, de eco mundial¬ para promocionar la campaña por la recuperación de los cuerpos de fusilados por el bando franquista en la Guerra y conseguir el apoyo de las administraciones públicas.

Precedentes en León

    La idea de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica es usar las mismas técnicas arqueológicas que están empleando, con buenos resultados, sobre todo en el norte de León, así como en otras provincias. La incierta ubicación de la fosa ¬sólo se sabe que estaba cerca del manantial llamado Fuente Grande, y de unas ruinas árabes de lo que fue, según los musulmanes, «Ainadamar», «la fuente de las lágrimas»¬ es un hándicap, dado que la gran mayoría de las exhumaciones practicadas hasta ahora de fusilados en la Guerra Civil y en la postguerra contaban con testimonios que ayudaban a enmarcar la situación de las fosas. Algo que no existe en Alfacar, término municipal en el que se presume que están los restos de Lorca.

   Alfacar, y su crecimiento urbanístico, podría ser otra de las claves de la exhumación. Aunque de momento no se haya anunciado ningún proyecto sobre los terrenos donde presuntamente está la fosa, son muchos los vecinos que han denunciado que ya existen «movimientos de tierra» en la zona. Ya hubo intención de construir ahí mismo un campo de fútbol que, tras la presión popular, fue paralizado por el propio Ayuntamiento, el de Alfacar, que lo impulsó.

 
tablon Indice