El Monolito a las víctimas,
en el lugar de los fusilamientos Historia de un homenaje sencillo, sentido, lógico ... pero lleno de obstáculos. La historia de la fosa común de Oviedo se escribe por etapas. De los tiempos más oscuros en los que incluso llorar a nuestros asesinados era ilegal, en los que la policía armada a caballo pisoteaba las flores que clandestinamente se dejaban en recuerdo, pasamos a poder honrar a las víctimas en un recinto que sería poco después delimitado, diferenciado del resto del cementerio. Posteriormente, afianzada la democracia y la libertad, llegó el monumento que se erige en el centro de la fosa. Y con el paso del tiempo se logró el hito indiscutible de poder colocar losas de mármol en el muro que rodea el recinto, con los nombres, edades y procedencias de todas las víctimas. No fue tarea fácil, ya que hubo que sortear vaivenes políticos, evasivas, negativas y casi podríamos decir desprecios, y hubo que visitar los ayuntamientos de casi todos los lugares de donde procedían las víctimas buscando una ayuda económica. Mientras esto sucedía, en 1998 una asociada se tomó el trabajo ingente de escribir a mano esos miles de nombres en sábanas que fueron colgadas de los muros de la fosa. Finalmente, 2001 fue el año final de esa particular odisea con la instalación de las placas y el frontal con el texto que nos recuerda qué pasó allí. Tras la instalación de estos elementos, la memoria de las víctimas solo necesitaba ya un pequeño detalle para cumplir una rehabilitación casi completa: El lugar en el que los Republicanos eran ejecutados, justo antes de ser llevados a la Fosa, es aún un sitio sin nombre, un punto en el exterior del cementerio que solo conocen los allegados y los que no han olvidado la Historia: y es que no se pueden olvidar las manchas de sangre y agujeros de bala en la tapia del cementerio, de los ejecutados que tras su muerte eran arrojados y apilados contra el muro como animales, antes de ser sepultados en cal viva. Vemos en las imágenes el emplazamiento en el que miles de personas inocentes fueron asesinadas por sus ideales.
La idea de un monumento en memoria de los cientos y cientos de inocentes que allí mismo perdieron la vida, nunca dejó de rondar las mentes de sus descendientes. La Asociación luchó durante años con la negativa rotunda de las autoridades municipales, y mientras se iban dando los lentos pasos citados al principio para la dignificación de la fosa común, en los despachos políticos se cerraba cualquier posibilidad de instalar un monumento en el exterior del cementerio. Quizás es un lugar demasiado "visible" (de mucho tránsito continuo hacia y desde los Tanatorios de Oviedo) para quienes tienen motivos para esconder y olvidar la historia. En las asambleas de la Asociación de los últimos años, el tema del monolito era motivo de debate constante, sobre los pasos a seguir ante una administración totalmente sorda y muda ante nuestras voces. Año tras año, la directiva se esforzaba una y otra vez en lograr los permisos municipales correspondientes, siempre denegados, por no hablar de una subvención del Ayuntamiento, también solicitada pero durante años y años desatendida. Y así fue pasando el tiempo .... hasta que llegó la sorprendente recta final de 2007. Una vez más, la comisión de cultura del Ayuntamiento de Oviedo, con mayoría absoluta del Partido Popular, se había negado a escuchar la enésima petición de permiso para instalar el monolito, e incluso a incluir este tema en el orden del día de su reunión del 8 de Noviembre. La razón, por llamarlo de algún modo, era que la propuesta no provenía de la Asociación, sino el Partido Socialista. Lo que nos faltaba por escuchar. Pero nada raro hasta ahí, en un paso más de frustración para nosotros en esta muy noble, leal y "heroica" ciudad de Oviedo que, como decía Clarín, dormía la siesta. Pero todo dio un giro inesperado unos días después, el 14 de Noviembre de 2007. El alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, tras una reunión con el presidente de nuestra Asociación, desbloqueó el atasco burocrático y no solo concedió el permiso para la instalación del monumento, sino que otorgó a la Asociación una subvención de 12.000 € para su construcción. Quizás por la la onda de la ley de la Memoria Histórica, o quizás porque simplemente "el que la sigue, la consigue" .... los motivos del cambio brusco de parecer de la Administración local permanecen escondidos, y quizás sea mejor que sigan de esta forma. Lo que importa es que ahora sí, ahora ya podíamos decir que la dignificación de las víctimas del fascismo en la fosa común de Oviedo estaba en su fase definitiva. A continuación, los siguientes enlaces a prensa y radio nos llevan a esos últimos días desconcertantes de la historia del monolito. Desconcertantes, pero con final feliz para nuestras aspiraciones, que solo son el honor de nuestros antepasados.
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14 DE ABRIL DE 2010, INAUGURACIÓN La
Asociación de Familiares y Amigos de la Fosa Común de Oviedo, una vez
desbloqueado el camino administrativo y concedida la subvención, se puso
manos a la obra para dar los pasos ya finales encaminados al diseño,
encargo y colocación del tan esperado monumento. Aún quedaba una muy larga
recta final de trámites burocráticos y debates sobre el tipo de monumento
a instalar. Y por fin, dos años después, conseguimos llegar al
final del trayecto, el final de de una empresa difícil, no exenta de
trabas. ...13 de marzo de 2010, la
Asociación, en Asamblea Extraordinaria celebrada en la Casa del Pueblo de
Oviedo, decide por unanimidad aprobar los pasos y trámites emprendidos por
la Junta Directiva en lo tocante a la colocación del monolito, lo que hizo
que el momento de la inauguración tuviese ya oficialmente fecha y hora.
Tras un muy breve discurso a cargo del presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de la Fosa Común, Celestino Martínez, nos trasladamos a unos pocos metros de allí, a la propia Fosa Común, en la que se realizó una emotiva ofrenda floral entre vivas a la República. Así, multitud de claveles rojos fueron arrojados la Fosa en un acto sin duda inolvidable, y cargado de emoción y lágrimas contenidas. Y no quisimos olvidar a
quienes desde el propio ejército defendieron el Gobierno constitucional
frente a los golpistas. Así, tras la ofrenda floral en la Fosa Común,
acudimos a la tumba del Comandante de Infantería Don Alfonso Ros
Hernández, asesinado por sus propios "compañeros" sublevados solo 3 días
después de la sublevación, el 21 de julio de 1936, por negarse a secundar
la traición fascista. -
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(inauguración del monolito y ofrenda floral en la Fosa Común) |