Moreda (Aller),L.
CAMPORRO
El municipio de Aller inauguró, coincidiendo con el
aniversario de la II República, un monumento en honor de quienes
por defender sus ideas fueron asesinados durante y al termino de
la contienda nacional. Los restos de muchos de estos asturianos
anónimos se encuentran diseminados por la geografía allerana sin
que sus familiares puedan acercarse a visitar sus tumbas. Una
placa en el cementerio de Moreda rendirá a partir de ahora
tributo a los represaliados del franquismo.
El acto celebrado ayer en el camposanto de Moreda estuvo
organizado por la asociación Memoria Histórica Asturiana. Su
portavoz, Víctor Luis Álvarez, defendió el legado de aquellos
que defendieron la República con su propia sangre: «No olvidemos
que el fascismo no ha desaparecido, sólo ha disimulado su
presencia; recuperar la memoria histórica es fundamental para
que la bestia origine de nuevo víctimas», matizó.
El homenaje allerano a la II República contó con un claro
apoyo institucional. IU elevo recientemente una moción al Pleno
municipal para que se construyera en el cementerio de Moreda un
monumento que perpetuase la memoria de los revolucionarios
muertos por defender sus ideas. Esta propuesta fue respaldada
por el Grupo municipal Socialista.
En el acto inaugural, al que asistieron mas de un centenar de
personas, estuvieron presentes concejales de la Corporación
local, directivos de la asociación Memoria Histórica de
Asturias, ediles de IU de concejos limítrofes, así como el
viceconsejero de Bienestar Social, Manuel García Fonseca, quien
en su intervención agradeció el sacrificio «de los compañeros
muertos por defender sus ideales» para terminar con vivas a la
República y demandando la llegada de la tercera. Hubo
intervenciones también del concejal del PSOE Santos Fernández y
de Alfredo García Arango, de IU. La placa inaugurada ayer lleva
inscrito unos versos de Pablo Neruda. Estaba cubierta por una
bandera de la República que retiró el secretario general del
PCA, Vidal Matías. El monumento estaba adornado por una corona y
varios ramos de flores.
Finalmente, se aprovecho el momento para introducir en el
interior del monumento sendas urnas con restos humanos
encontrados en la excavación en un monte cercano a Cabañaquinta
en octubre de 2003. El encuentro deparó instantes de emoción
contenida.