No se trata de mostrar la historia de la
guerra civil, sino de insinuar, sugerir lo que fue aquel
horror». Así describe Xuaco López las intenciones del
encuentro documental que se ofrece desde ayer al visitante,
precisamente, en el espacio museístico de la vera del Piles
que él dirige, el Muséu del Pueblu d'Asturies. Un encuentro
con los apuntes de un acontecimiento histórico por el que
han pasado ya 70 años y que no se narra de campaña en
campaña, sino a través de cartas, carteles de ambos bandos,
modos y maneras de recaudar dinero, identificaciones
personales, salvoconductos, listas negras, dibujos y
testimonios de personas que vivieron el enfrentamiento
fraticida.
Su título, 'Asturias en guerra'. Su primer objetivo,
memorizar los acontecimientos que vivió España en la tercera
década del siglo XX, y su fin último, «conocer el horror
para no repetirlo».
Con el mismo nombre e intenciones Gijón pone en marcha una
serie de exposiciones en las que implica cinco espacios
museísticos. La abierta ayer es la primera de seis y también
la que incide más en el carácter histórico, poniendo ante la
mirada colectiva los archivos relacionados con la guerra
givil que ha ido adquiriendo en los últimos años Gijón, «la
mayor parte procedentes de familias asturianas».
Todos los materiales expuestos son «raros y singulares», en
palabras de Xuaco López, pero algunos destacan sobre manera,
como una coleccion de caricaturas realizadas por un preso
repúblicano, encerrado en la cárcel de El Coto, que firmaba
'Xivis', pero del que, pese a la intensa indagación de los
responsables de la colección, aún no se conoce su verdadero
nombre.
«Muchos de los personajes retratados portan utensilios,
visten de cierta manera o muestran actitudes que reflejan su
personalidad, profesión o intereses», explica el director
del museo, para advertir no sólo la calidad artística del
conjunto, sino también su interés documental.
Las caricaturas se exhiben dentro del apartado 'Escribir y
dibujar en tiempos de guerra', en el que también se compila
la correspondencia de ambos bandos que unía el frente con
las familias, a los encarcelados con sus amadas, al exilio
con la patria. Se muestra, por ejemplo, una carta escrita
desde Francia con 'tinta invisible' hecha con zumo de limón.
Y todos, éste y el resto de los textos, con nombres y
apellidos reales: con edades, fechas y temores verdaderos,
vividos tanto en la retaguardia como en la trinchera.
La Revolución del 34
'Asturias en guerra' se divide en otros cuatro
apartados. El primero está dedicado a la Revolución de
octubre de 1934. En él se exhiben partes, avisos, requisas y
órdenes de los comités revolucionarios de Figaredo y Ujo, la
proclama del Gobierno de la República Española instando a la
rendición de los revolucionarios y algunos folletos de
propaganda editados por este mismo gobierno para difundir
con fotografías los desastres habidos en Asturias.
Precisamente, el segundo de los capítulos de la exposición
es la propaganda, que encierra, como recordaba ayer López,
«uno de los aspectos fundamentales de la guerra moderna».
Periódicos, carteles y panfletos de todo tipo centran esta
parte de la muestra en la que se da cuenta de algunas de las
convocatorias más singulares de la contienda. Propaganda de
actos antifascistas, charlas de Falange, festivales pro
Aguinaldo del Soldado, para los 'heridos por España',
viñetas de subsidio al combatiente, sellos de recargo del
Consejo de Asturias y León, billetes, monedas y algunas de
las marcas más singulares de aquellos años se reparten entre
las vitrinas del museo.
Otro de los apartados ha sido titulado 'Control de las
personas' y habla de la falta de libertad que inundó toda la
geografía. Bajo los cristales se exhiben aquí listas de
individuos declarados «facciosos al radio comunista de
Figaredo», certificados, informes y carnés del bando
republicano, otorgados por los partidos y sindicados, pero
también certificados y avales del bando franquista,
otorgados por la Guardia Civil. Por supuesto, se exhiben en
este grupo salvoconductos y autorizaciones, incluso para un
aparato de radio.
Las voces
Para cerrar 'Asturias en guerra' hay que salir de la
sala de exposiciones temporales del Pabellón de la Expo,
donde se muestran todos estos documentos, y acudir a la sala
de exhibiciones audiovisuales. Allí se pueden contemplar y
escuchar 'Testimonios de personas que vivieron la guerra'.
Así se titula la última sección de la muestra.
En ella cuatro gestos y cuatro voces de tres hombres y una
mujer que recuerdan en primera persona la guerra, el miedo
vivido tras una llamada a la puerta en plena madrugada, el
relato de los 'paseos ante las armas' de familiares
asesinados o la triste evidencia de que sobre algunas de sus
historias ni siquiera hay datos para contar en la
exposición. «