ASTURIAS
Los «niños de la guerra» critican al
Gobierno por no pagarles lo prometido
El ministro Caldera destituyó
al director general de Inmigración y Emigración por no agilizar
los pagos
El Ejecutivo español no paga desde
hace seis meses el complemento económico prometido a unos 600
«niños de la guerra». Una ley, aprobada por unanimidad a través
de un procedimiento de urgencia, establecía este complemento a
las, en muchos casos, exiguas pensiones que estas personas
reciben para que llegasen a alcanzar los 6.090 euros anuales. El
ministro de Trabajo, Jesús Caldera,destituyó hace dos meses al
encargado de agilizar estos pagos.
Oviedo, A. V.
«El Gobierno español no cumple sus promesas». Lo asegura Juan
Rodríguez Ania, «Ania, el ruso», ovetense, 77 años, uno de los
asturianos que se vieron obligados a marchar a Rusia al comienzo
de la contienda española, cuando no era más que un crío. Más que
indignado, está perplejo con la actuación del Ejecutivo español,
que lleva medio año sin pagar las compensaciones económicas
prometidas a los «niños de la guerra» españoles.
Ania bromea con la posibilidad de que«las pensiones, al final,
lleguen al cielo», y recuerda que de sus dos hermanos que
viajaron junto a él a Rusia, uno falleció hace apenas un año.
Con «las pensiones», «Ania, el ruso» se refiere a la promesa
formulada por el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús
Caldera, hace un año. Rodeado de flashes, en el Centro Español
de Moscú: otorgaría un complemento a las exiguas pensiones que
reciben muchos de ellos para que alcanzasen los 6.090 euros
anuales, el equivalente a la cuantía de una pensión contributiva
por jubilación para mayores de 65 años sin cónyuge a su cargo en
2005, una compensación que, dijo, recibirían «no como emigrantes
sino como españoles de pleno derecho».
La iniciativa, que, en teoría, afectaba a quienes tuvieron que
abandonar España entre el 18 de julio de 1936 y el final de la
guerra, cuando todavía eran menores de 23 años (la mayoría de
edad legal durante la Segunda República), beneficiaría a
aquellos con un menor nivel de ingresos. Es decir, a quienes
hubieran tenido que acogerse a pensiones asistenciales por
ancianidad a favor de emigrantes españoles y a pensiones de
jubilación no contributivas de la Seguridad Social. En total:
543 residentes en el extranjero (237 en Rusia, 127 en México, 78
en Venezuela, 63 en Chile, 33 en Ucrania y 5 en Georgia) y otros
60 «niños de la guerra» que actualmente viven en España. De
ellos, casi un centenar -el número no está claro- son
asturianos. Todo fue bien el primer trimestre. Abril, mayo y
junio. Porque a partir de ese mes el dinero no llegó. Y eso en
Rusia, porque en las repúblicas vecinas nunca lo vieron, ni en
Latinoamérica. Así se lo informaba Trinidad Rodríguez Ania,
desde la región rusa de Rostov, a su hermano Juan mediante una
llamada a su domicilio en Ventanielles.
El viejo resistente aún no conocía ayer la noticia de que el
ministro Caldera destituyó, hace dos meses, al director general
de Inmigración y Emigración, Jesús Ramón Copa, por no agilizar
esos pagos a pesar de que él pidió «la máxima rapidez». Lo que
sí sabe Juan Ania es que, «hasta hoy, los expedientes están sin
resolver, porque en Emigración, en Madrid, hay un barullo
tremendo. Está claro que no cumplen. Ellos dicen que dieron ya
la orden de pagar, pero es mentira».
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