El escultor
asturiano Juan Villa proyectó un monumento de hierro, de seis
metros de largo y cuatro de alto, en memoria de los republicanos
que yacen en la fosa común
J. M. C.
De los fondos recaudados en una suscripción popular, que se
iniciará próximamente, saldrá el dinero necesario para levantar
otro paredón en el Sucu, pero éste en memoria de los republicanos
que encontraron la muerte delante de las tapias del cementerio de
Ceares durante la guerra civil y en la posguerra gijonesa. El
nuevo paredón será una mole de hierro oxicorte de seis metros de
largo y cuatro metros de altura, donde irán grabados los nombres
de las personas que yacen en la fosa común del Sucu, cuyo número
exacto se desconoce, así como las identidades de muchas de ellas.
El proyecto del monumento fue presentado en la tarde del pasado 14
de abril durante el acto celebrado ante la fosa común, en memoria
de los allí enterrados, por la Asociación Memoria Histórica
Asturiana e Izquierda Unida (IU). Su autor es el joven escultor
asturiano Juan Villa Herrero, nacido en Luarca en 1978 y nieto de
un republicano que murió en los combates de El Mazucu (Llanes),
durante la última gran batalla de la guerra civil en el teatro de
operaciones del Norte (septiembre de 1937).
Juan Villa, que desde 1998 aplica la técnica escultórica para
trabajos de reproducciones arqueológicas, restauraciones,
decorados teatrales y todo tipo de representaciones volumétricas,
ideó el monumento en su taller de la localidad de Cubillas de
Santa Marta, situada entre Palencia y Valladolid, donde puso en
marcha la empresa Prometeo.
«La forma básica de la escultura se inspira directamente en el
muro donde fueron asesinadas entorno a mil quinientas personas»,
explicó Juan Villa. El bloque de hierro estará perforado
«bruscamente por un agujero que simula los tremendos impactos de
bala que aún hoy se pueden apreciar (en el paredón original, que
es de cantería), y dentro de ese agujero irá una esfera de bronce,
una especie de cápsula en cuyo interior los familiares y allegados
de los fusilados podrán introducir un recuerdo personal», afirmó
el escultor, que estudió artes y oficios en Valladolid.
Otro homenaje
Horas antes del acto de homenaje de la Asociación Memoria
Histórica Asturiana e IU a los enterrados en la fosa común, se
celebró otro análogo, pero convocado por el Ateneo Obrero de Gijón
y la Sociedad Cultural Gijonesa. Víctor Guillot, colaborador de LA
NUEVA ESPAÑA, fue este año el encargado de pronunciar un discurso
alusivo, en el que afirmó que «la II República se me presenta como
una hermosa y trágica leyenda, si acaso, la apasionante cruzada de
aquellos que, a través de la razón, dieron un nuevo impulso a
España y consiguieron, al igual que un jardinero, esculpir con sus
tijeras un jardín de las delicias preñado de esperanza que la
canalla, en caletre de rábula, haría tornar en infierno y
pesadilla».
Ya por la noche, pasadas las nueve y media, en la Casa del Pueblo
del PSOE se celebró una cena conmemorativa del 75.º aniversario de
la proclamación de la II República (el 14 de abril de 1931), que
contó con la presencia de decenas de militantes y simpatizantes de
la Agrupación Socialista de Gijón, cuyo secretario general, José
Manuel Sariego, fue uno de los comensales, así como varios
concejales socialistas del Ayuntamiento gijonés.
Prensa 2006
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