LUIS ÁLVAREZ
VIEJO
Con motivo del 75.º aniversario de la II
República, se han vertido opiniones para todos los gustos, pero
desgraciadamente muchas de estas opiniones no están basadas en
datos históricos contrastados.
La República es para mí un sistema que encarna la realidad de la
sociedad, pues en su fundamento está la igualdad de las personas
para ocupar los más altos cargos de un Estado, siendo la elección
de estos cargos democrática.
La República, entre otras mejoras, trajo un salto importantísimo
en educación, construyéndose miles de colegios, y un gran avance
en cuanto a derechos laborales.
Los detractores de la República argumentan sobre el
anticlericalismo de la misma. Hay que reconocer que hubo excesos,
los cuales se tenían que haber cortado de raíz, pero me pregunto
por qué las órdenes religiosas generaban tanto rechazo. A mí
entender era debido a que la Iglesia católica estaba al servicio
de las clases más pudientes y alejada de las enseñanzas de Cristo.
Entonces, ¿por qué fracasó estando apoyada por prácticamente todos
los intelectuales y artistas de este país? La República tenía en
contra al clero y a la burguesía, además la clase obrera y los
campesinos querían ir más deprisa, con lo que se generaron
múltiples conflictos que desembocaron en unas elecciones generales
que ganó la derecha más reaccionaria, encabezada por la CEDA, que
se declaraba contraria a la Constitución y que no disimulaba sus
simpatías por las políticas fascistas de Italia y Alemania.
Este Gobierno mira para otro lado cuando se vulneran muchas normas
laborales y destituye a infinidad de corporaciones municipales. En
Asturias, el Gobierno secuestra los periódicos cuando dicen algo
que no le gusta, por ejemplo, el periódico «Avance» puede decirse
que no hay una semana que alguna de sus ediciones no vea la calle.
Con todo esto, junto al temor de que con la entrada de dirigentes
de la CEDA en el gobierno España siguiese el camino de Alemania y
Austria, se enconan los ánimos convocándose la huelga general
revolucionaria del 34, que como tal sólo se da en Asturias. A esta
huelga le sigue una represión durísima sobre los participantes.
En este punto, hay que aclarar el episodio de la voladura de la
Cámara Santa. Este hecho se atribuye como una muestra más del
anticlericalismo de los huelguistas, pero esto no es así, ya que
hay que recordar que en lo alto de la Catedral estaba instalada
una patrulla gubernamental, con lo que dicha voladura sólo se
puede atribuir a la batalla. Si las fuerzas gubernamentales no
hubiesen empleado la Catedral como parapeto nunca se hubiese
producido daño alguno a la misma.
Leyendo su periódico el pasado día 14, Fermín Alonso, en un
artículo relacionado con la conmemoración del 75.º aniversario, da
unas cifras sobre el número de milicianos en el cerco a Oviedo en
los primeros días que, como mínimo, son producto de una errata
tipográfica ya que habla de 15.000 o 20.000.
Hagamos historia. Aranda se define como defensor de la República
ante las autoridades civiles asturianas, por lo que los días 18 y
19 de julio parten dos expediciones rumbo a Madrid de voluntarios
asturianos pedidos por Indalecio Prieto para la defensa del
Gobierno de la República. Pero en la sombra estaba preparando el
alzamiento, ya que el mismo día 18 manda concentrar las fuerzas
militares y de orden público en Oviedo, preparándose las de Gijón
para tomar la ciudad. Una vez que parten, Aranda se subleva
aprovechándose de que en Asturias sólo queda la CNT como defensora
de la República, la cual se mostró contraria a dichas expediciones
ya que no se fiaba de Aranda. Este último despliega sus fuerzas en
Oviedo y en Gijón. La CNT manda voluntarios de La Felguera para la
defensa de Gijón quedando Oviedo en manos de los militares
sublevados.
Durante los siguientes días se empiezan a concentrar pequeños
grupos en el perímetro de Oviedo, pero nunca superando, en los
días a los que se refiere Fermín Alonso, la cifra de 2.000
hombres, la mayoría con escopetas,, en contraposición con Aranda
que cuenta con 2.300 hombres en Oviedo bien armados. Razón que
lleva a no darse la primera ofensiva seria hasta octubre, momento
en el cual había, en toda Asturias, unos 15.000 hombres mal
armados, pues contaban con 50 fusiles ametralladoras, 22
ametralladoras, 13 morteros y fusiles de distintos calibres con
ese problema añadido para el aprovisionamiento, que tenían que
defender tres frentes: Grado, los puertos de montaña y Oviedo, ya
que Gijón estaba dominado por los milicianos leales a la República
que habían ganado la batalla a las fuerzas militares. Los
militares sublevados contaban, sólo entre Grado y Oviedo, con
21.700 hombres, entre infantería, legionarios, regulares,
artillería, ingenieros, guardias civiles, guardias de asalto,
servicios y voluntarios, por lo que las fuerzas republicanas
siempre se encontraron en inferioridad de condiciones.
Prensa 2006
Indice
general |