ASTURIAS Los asturianos de Camposancos
Un documental recoge la historia de 3.000 presos de la región
recluidos en 1937 en el campo de concentración pontevedrés
Oviedo, Diego CAMPO
No imaginaba el realizador y director del Museo Municipal
de Vigo, José Ballesta de Diego, que investigando en
algunos libros sobre la guerra civil iba a encontrar un
asunto tan escabrosamente real como el de los 3.000
asturianos que vivieron, por decir algo, confinados en un
colegio de Camposancos (en La Guardia, Pontevedra),
convertido en campo de concentración entre 1937 y 1939.
«Leyendo el libro titulado "Catorce meses de guerra civil"
del periodista asturiano José Antonio Cabezas, encontramos
esta historia. A partir de ahí, empezamos a indagar.
Debido a la magnitud del tema, poco a poco se fueron
incorporando ayudas institucionales, como la del Gobierno
asturiano, con una aportación de 10.000 euros, y la del
Ayuntamiento de Gijón, con 5.000», explicó Ballesta.
Esos miles de presos padecieron condiciones terribles de
hacinamiento, hambre y suciedad, y sufrieron de manera
cotidiana malos tratos. Su importancia en número de
reclusos fue tal, que las autoridades del régimen
franquista consideraron que era más rentable trasladar a
esta localidad gallega el Tribunal Militar número 1 de
Asturias, que con anterioridad tenía sede en Gijón. De
esta manera, se aumentaba a dos o tres el número de
consejos de guerra cada día, celebrados sin ningún tipo de
garantía jurídica y que podía condenar a unos sesenta
hombres en cada jornada.
El lugar que acogió todo aquel horror fue Camposancos.
Este pequeño pueblo se encuentra en la localidad
pontevedresa de La Guardia y durante 85 años, de manera
cíclica, contó con un colegio jesuita de gran prestigio,
cuna de la Universidad de Deusto y la Pontificia de
Comillas.
La expulsión de la orden religiosa durante la II República
y la posterior utilización del colegio como campo de
concentración contribuyeron en gran medida a que el centro
educativo quedara debilitado y perdiera el prestigio del
que gozó durante décadas, de modo que cerró
definitivamente sus puertas en 1959.
Desde entonces y hasta el día de hoy, la parcela continuó
en manos de los jesuitas. El reciente interés mostrado por
una inmobiliaria, de la que forma parte el ex jugador del
club de fútbol Celta de Vigo Valeri Karpin, augura que la
finca en la que se erigía el centro escolar podría
albergar en un futuro no muy lejano una urbanización de
lujo.
La empresa ya ha sido informada del triste pasado que
guarda el edificio y la parcela sobre la que pretenden
construir. De momento, el proyecto se encuentra parado,
aunque ya se ha anunciado que, en todo caso, se respetará
parte del edificio actual.
En esa zona y bajo ese ambiente, se ha llevado a cabo la
grabación, por parte del equipo de Ballesta, del
documental que llevará por título «Memorial de Camposancos»,
del que ya se ha filmado un 80 por ciento. Los metros
grabados incluyen entrevistas con algunos de los
supervivientes de aquel infierno, que han pedido al
realizador que sus voces sólo se oigan a través del
documental, además de imágenes del recinto. Asimismo, en
la película se incluirán escenas de la caída de Gijón
durante la guerra civil y diversos documentos gráficos
extraídos de la Filmoteca Nacional.
Para su director, dar un toque «creativo» al documental es
una tarea muy importante. «Con esta medida -explica
Ballesta- pretendemos realizar un documental más poético,
tanto en las tomas como en el montaje, lo que hará que la
música cobre mucha importancia. No queremos que la cinta
se convierta en una sucesión de entrevistas sin más». Esa
importancia musical se verá reflejada en la posible
colaboración de «un músico del grupo "Los Piratas", además
de artistas de lírica, tonada y música asturiana».
La cinta comenzará a montarse hacia el mes de octubre,
tendrá una hora de duración aproximadamente y se espera
que la presentación tenga lugar en diciembre en Gijón,
Madrid, Vigo y La Guardia. «Será entonces cuando las
generaciones actuales puedan hacerse una idea del
sufrimiento que generó la división de España desde los
primeros días de la guerra civil», concluyó Ballesta |
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