OVIEDO
PAULA TAMARGO
Celestino Martínez es presidente de la Asociación de
Familiares y Amigos de la Fosa Común de Oviedo. Su colectivo
está en desacuerdo con los planes de la Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histórica, que ha iniciado en
Asturias las excavaciones para la localización de las fosas
de la guerra civil y de la posguerra española.
-Su colectivo rechaza que se exhumen los restos de las fosas
comunes. ¿Por qué?
-Por muchos motivos: supone desnaturalizar la Historia y
hacerles el juego a los que más interés tienen en que estos
hechos no se conozcan en toda su extensión; es impresentable
someter a personas, en buena parte de avanzada edad, al
macabro espectáculo que suponen estos procesos; se
producirán, si no al tiempo, conflictos entre los afectados,
provocando tensiones innecesarias cuando todos tenemos el
mismo objetivo y sentimos el mismo dolor, y, desde un punto
de vista jurídico, veremos en qué paran esos procesos.
Además, es inviable económicamente y poco solidario y
democrático: ¿se van a hacer unas exhumaciones sí y otras no
en función de los recursos particulares que se puedan tener?
-Explíquese.
-¿Qué ocurrirá con los restos que no puedan ser
identificados o que ya no haya familiares que los reclamen?
Una locura, una insensatez de quienes propugnan esto.
-Hay familiares que piden recuperar los restos porque desean
darles sepultura en un cementerio. En estos casos...
-Por supuesto, lo respetamos. Pero añadiré que el interés
general debe primar sobre el individual. He tenido
conversaciones con muchos familiares, han entendido nuestros
planteamientos y los comparten. No creo que otros puedan
decir lo mismo.
-La Asociación de la Memoria Histórica afirma que su labor
la legitiman las peticiones de los familiares.
-¿De qué asociación me habla? No me quiero cabrear ante lo
que tengo que leer y escuchar últimamente, pero la
legitimidad y la credibilidad las dan los hechos, no los
intereses espurios.
-Hay quien cree que la dignificación de las fosas comunes es
la asignatura que le quedó pendiente a la transición.
-Hay opiniones diversas. Es posible que, con matices, sea
cierto. Lo importante es que se cierre dignamente un
episodio trágico de nuestra historia reciente. Unos ya lo
han hecho, ahora es lo suyo que lo hagamos quienes durante
años no pudimos. Es un hecho de justicia, así no se cerrarán
en falso heridas aún abiertas. Como culminación, debería
pensarse en una labor pedagógica con las nuevas
generaciones, porque ese testimonio palpable vale más que
cualquier lección teórica de Historia.
-¿La idea de la Asociación de la Memoria Histórica de
instalar monolitos en las fosas?
-La idea, estupenda. Pero no es de esa, no sé cómo llamarla,
asociación o qué. La idea estaba encima de la mesa del ex
consejero de Asuntos Sociales, junto a otras. Algunas ya las
han expuesto y otras seguro que lo harán, pero fueron fruto
del pensamiento común de muchas personas y me parece de muy
mal gusto querer apropiárselas y monopolizarlas. Se debe ser
más prudente, sobre todo si eres advenedizo en estas
cuestiones, y no entrar como un elefante en una cacharrería.
Les pediría que reflexionaran.
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