Elena
FERNÁNDEZ-PELLO
Parientes y conocidos de los 1.600 republicanos y militantes de
la izquierda enterrados en la fosa común del cementerio de El
Salvador conmemoraron ayer al mediodía el Día de la República, ante
el recinto donde descansan sus restos. El acto, al que asistieron
varias decenas de personas, comenzó con un breve discurso del
presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de la Fosa Común,
Celestino Martínez, defendiendo la vigencia de los valores de la
República.
Al acabar pidió la colaboración del Ayuntamiento de Oviedo en la
financiación del monolito en recuerdo de los ejecutados, que la
asociación proyecta colocar en el exterior del cementerio, en el
lugar donde se llevaban a cabo los fusilamientos. El coste del
monumento ronda los dos millones de pesetas.
«Éste es un año de transición para la asociación, después de
conseguir la colocación de los paneles con los nombres de los
enterrados», afirmó el presidente. Ahora el colectivo se plantea
nuevos proyectos. Martínez recordó que las identidades de los
fusilados, que ahora aparecen inscritas en mármol en torno al
recinto, fueron extraídos de un libro publicado por la Asociación de
Viudas de la República. «Nosotros fuimos detectando algunos errores
y corrigiéndolos», indicó. Ahora, la asociación prepara la
publicación de un libro, acompañado de un CD-ROM, con toda esa
información y documentación complementaria.
Beca a la investigación
También se baraja la posibilidad de establecer una beca para la
investigación de la represión franquista en Asturias en colaboración
con el Principado o alguna otra institución. «Esto es historia
viva», declaró Martínez, que aludió a la posibilidad de organizar
visitas escolares al recinto, durante las que, con objetividad, se
explicara a los niños aquellos sucesos.
La asociación, que cuenta con un centenar de miembros, dispone
también de una página de Internet (www.iespana.es/fosa), de cuya
edición se encarga Herminio García Riaño y que en un mes ha recibido
113 visitas, algunas desde Argentina y Alemania.
Tras el discurso de Celestino Martínez, intervino Aquilino Vega,
que leyó un discurso recordando a «los héroes que dieron su vida por
la libertad y la democracia». «Hay pocos países que nos puedan dar
lecciones de sufrimiento», afirmó. Su discurso concluyó con la
lectura de un poema titulado «Morir matando».
Sobre el terreno que cubre la fosa fueron depositadas a lo largo
de la mañana banderas republicanas y ramos de flores. También en el
exterior, en el lugar donde los fusilados eran rematados, había
claveles en su memoria. Entre los asistentes al acto estaba un
hombre de Santander que, tras años de búsqueda, había descubierto
que su padre había sido enterrado en la fosa común del cementerio de
Oviedo.
La fosa común permaneció separada por un muro del cementerio
católico hasta 1970, año en que se derrumbó el muro que los
separaba. El monumento en memoria de los Defensores de la República
y del Frente Popular fue colocado en 1987.