Oviedo, Paula TAMARGO.
«Elaborar un mapa topográfico, de los lugares donde se localizan
fosas comunes, pero que también sea un mapa humano, de nombres y
apellidos, de aquéllos que sufrieron la represión franquista, ya
que la amnesia y el olvido colectivo han impedido que la
investigación se realizara antes».
Así describió ayer Carmen García, la responsable del
departamento de Historia Contemporánea que dirigirá la
investigación sobre las fosas comunes asturianas, el objetivo
del trabajo que desarrollará junto a su equipo durante los
próximos dos años.
García explicó que a partir de la información disponible hasta
la fecha puede deducirse que la cifra de las víctimas de la
represión del franquismo ronda las cinco mil personas, aunque
esta estimación estaría hecha «a la baja» y «podría haber muchas
más».
No obstante, García subrayó que, pese a que su intención es la
de recorrer Asturias «de arriba a abajo» para realizar la
investigación, va a ser casi imposible hacer un recuento total
de los desaparecidos, ya que los restos están muy dispersos y
existen fosas «ilocalizables» como consecuencia de la
construcción de carreteras y otro tipo de obras que se
realizaron durante la década de los años 60 y 70.
El plan del Principado incluye la puesta en marcha de un centro
de recepción de información, ubicado en el propio departamento
de Historia Contemporánea, que analizará todos los datos sobre
esta materia que aporten los testimonios de ciudadanos,
administraciones públicas y otro tipo de organizaciones.
El Principado, al margen de que los resultados del estudio pasen
a formar parte del Archivo Histórico, aún no ha decidido si tras
la conclusión del estudio se llevarán a cabo otras actuaciones
encaminadas a dignificar la memoria de las víctimas.
No obstante, baraja algunas posibilidades como la de instalar
monolitos o lápidas comunes con los nombres de las víctimas en
las zonas donde se ubiquen las fosas. Sin embargo, en ningún
caso se plantea que los restos de las víctimas sean exhumados e
identificados a través de pruebas de ADN como proponen
colectivos como el de las Asociación para la Recuperación de la
Memoria Histórica, que ya ha comenzado a excavar en Asturias,
aunque también prevé colocar monolitos en aquellos
enterramientos donde reposan gran número de víctimas.
Los consejeros de Asuntos Sociales, José García, y de Cultura,
Javier Fernández Vallina, subrayaron que la exhumación de restos
«no es el objetivo» del Gobierno regional, que apuesta por «otra
línea de trabajo, por una investigación seria», aunque ésta no
tiene por qué «colisionar» con los planteamientos de colectivos
cívicos que también están trabajando por la recuperación de la
memoria histórica.
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